“Debería fomentarse el sector del turismo accesible como generador de riqueza y no tratarlo como un sector que necesita la ayuda del estado para mantenerse”.
España es un destino turístico
destacado en Europa y ocupa ya el tercer puesto en el ranking mundial. Desde
que empezó la crisis, el sector
turístico se ha convertido en motor de la economía española. Por eso es
sorprendente comprobar lo atrasados que
estamos en turismo accesible respecto a otros países europeos como Francia,
Alemania o Italia.
Las personas con
discapacidad que quieren pasar sus vacaciones en España dependen, en la mayoría
de los casos, de asociaciones sin ánimo de lucro para recibir los servicios
que contrataría cualquier turista sin discapacidad.
Un ejemplo claro es el sector del transporte adaptado: debido
a la falta de vehículos accesibles en las empresas de transporte público, se
optó por contratar a organizaciones sin ánimo de lucro para realizar los
traslados de usuarios de sillas de ruedas. Esta solución, que en el pasado permitió
resolver situaciones complicadas, en la actualidad está frenando la
modernización de las flotas de autocares con vehículos accesibles.
Se ha llegado al punto en que se ha generalizado la prestación del
transporte adaptado por parte de asociaciones sin ánimo de lucro. Sin
entrar en el aspecto legal, que plantea serias dudas, las empresas de transporte que ya tienen algún vehículo accesible se encuentran con las trabas de la
administración para competir con el servicio más barato ofrecido por
asociaciones subvencionadas con fondos públicos. Esto lleva a que los
empresarios renuncien a la renovación de sus flotas con vehículos accesibles.
Existen leyes que, para
fomentar el transporte accesible, obligan a las empresas a contar con un
porcentaje de su flota accesible para acceder a determinados contratos o
concesiones (Ley 5/2009, de 26 de
noviembre, de medidas urgentes para la modernización del sector del transporte
público de Galicia). A pesar de esto, al
no poder después comercializar estos vehículos accesibles, las empresas se
limitan a prestar el servicio bajo las condiciones mínimas exigidas por Ley.
Si las empresas no apuestan por la accesibilidad, se ralentiza nuestro avance respecto
a otros países europeos.
El ejemplo del transporte
adaptado se puede extrapolar a distintos sectores que entran en juego a la hora
de atraer turistas extranjeros con discapacidad. Las personas con discapacidad y sus acompañantes que vienen de
vacaciones a España buscan un
servicio idéntico al que reciben las personas sin discapacidad. Esto solo
es posible con la implicación de los
empresarios del sector, especialmente con nuevas empresas emergentes que se
especializan en turismo accesible, pero que
chocan con un mercado monopolizado por entidades sin ánimo de lucro,
protegidas y financiadas por la administración. En estos momentos, las propias
entidades que prestan servicios relacionados con el turismo accesible, son las
que más reciben de las arcas públicas.
Si bien la labor social de
estas entidades es algo innegable, debería
fomentarse el sector del turismo accesible como generador de riqueza y no tratarlo
como un sector que necesita la ayuda del estado para mantenerse.
Las
empresas especializadas en turismo accesible somos quien debemos dirigir el
avance de este sector hacia el nivel que ya tienen otros países de la unión
europea. El aumento de la calidad de los servicios prestados generaría un
aumento del volumen de negocio del sector que se traduciría en nuevos puestos
de trabajo.
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